04 agosto 2009

Al Centro Parte I (Cuba)



Otra vez en la ruta, habiendo dejado atrás mi querida argentina, tome rumbo hacia el norte del continente. Esta vez buscando el calor caribeño y algo más que ello, una experiencia hermosa para rodearme de distintas culturas y costumbres. Allí esperaba, el jugador distinto del equipo, el odiado por unos y amado por otros, el que tiene algo especial, el que deslumbra por sus paisajes, ese lugar llamado Cuba. Tierra de azúcar, selva, sierras y mares verdosos, fuertes coloniales, callejuelas y ron pero también, tierra de Fidel, del Che, de José Marti, de Silvio Rodriguez, entre otros.
La llegada fue con expectativa, con ansias de sorpresa por este oasis plagado de contradicciones. La Habana me esperaba, con su malecón atestado de jóvenes jugando, charlando y algunos otros tomando ron. El sol caía y la vista desde mi alojamiento era increíble. Marta, la señora con la cual arregle para dormir en su departamento, me recibió cordialmente y casi automáticamente comenzamos un jugoso intercambio de ideas y actualidades. De alguna forma, estaba ansioso por tener una autentica conversación con un cubano que viva la realidad diaria en su lugar de origen. No fue complicado mantener el hilo, ya que cada uno de sus comentarios era una repregunta o una exclamación. Como no sorprenderse ante algunas explicaciones, sabiendo que recibimos la información de medios que distorsionan, agrandan, difaman y falsean la realidad en pos de sus intereses comerciales.
Cuba siempre ha tenido la imagen de la oveja negra para los imperialistas norteamericanos, que en busca de la supuesta libertad y democracia destruyeron gran parte de la identidad latinoamericana. Realizando un trabajo de hormigas han conquistado Cuba de una forma mucho mas simple que atacándolos con armas. Sí, gran parte de los cubanos habla ingles y sabe tanto de los Estados Unidos como un norteamericano. Ni hablar de la cantidad de gente que huye desesperada a ese gran sueño americano. Ese espejismo vendido por los yanquis hacia los latinos es su mas astuta manera de colonizar a los hispanos. Cuba es uno de los mas afectados debido a su cercanía, sin embargo, luego detallare como se vive esta locura en los demás países centroamericanos.
Aun así, Cuba resiste, con propaganda política, con un pueblo obediente y desacostumbrado a las quejas y reclamos y sobre todo con un contundente e intrincado sistema burocrático. Probablemente con mayor debilidad que hace treinta años pero aun usando viejas herramientas que sustentan el sistema.
La ambigüedad del pueblo es lo que sorprende. Teniendo la posibilidad de alojarme en casas de familia pude reconocer una dualidad en sus ideas. Por un lado alabando el sistema de salud y educativo pero por el otro quejandose de los pobres salarios y de la imposibilidad de salir de la isla.
El Dr Victor Rodriguez, el cual me alojo en la hermosa ciudad de Cienfuegos, es cirujano de cabeza y cuello y recibe aproximadamente unos 50 dolares mensuales mas la canasta basica provista por el gobierno. La canasta se conforma por alimentos y algunos exiguos productos de limpieza e higiene, los cuales no alcanzan para una familia tipo de cuatro personas. He ahi uno de los grandes inconvenientes del sistema cubano, injusto para algunos y mas injusto para otros.
Martha, la señora que me alojo en La Habana, se quejaba por su imposibilidad de salir a recorrer el mundo. Ella, dedicada a alquilar sus habitaciones en el barrio del Vedado, parece tener un buen pasar economico. Ustedes diran, para que quiere un buen pasar si
es un sistema socialista. Yo les contestare que solo le sirve para conseguir los productos de higiene y limpieza que no alcanzan con la canasta y que clandestinamente se puede
conseguir pagando unos cuantos CUC (Peso Cubano Convertible o La moneda turistica Cubana). Lo demás lo ahorra, no sabria decirles con que finalidad, ya que esa desesperación por el consumo masivo no existe, sumado a que no pueden viajar ni comprar propiedades. De hecho, son escasos los productos de calidad con los que puede contar un cubano.
Ese país de las dualidades entre lo que dice ser y lo que la gente quiere tambien se refleja en otros aspectos. Por ejemplo, una enorme diferencia entre el interior del pais y la capital. El cubano del interior es mas cortes, mas hospitalario y entregado a la charla. Además de estar menos acostumbrados al turismo, su estilo de vida es mas tranquilo, mas pueblerino.
Otra extraña contradicción existe con el sistema monetario. Antes había mencionado a los CUC. Bueno, esta moneda es con la que debe pagar un turista por los servicios y productos que consume. Sin embargo los cubanos utilizan esta moneda que reciben de los turistas pero su sueldo lo obtienen en peso moneda nacional. Cual es la diferencia? El peso moneda nacional tiene una diferencia de 25 a 1 con los CUC. Entonces, ahora podrán entender la desesperación por conseguir ese Oro llamado CUC. Sí, increíble, pero es evidente que el sistema financiero cubano estallara en algun momento si continuan generando esa locura en la gente.
Sumado a este inconveniente, la economía sufre por la falta de ingresos. Solo el turismo y la venta del niquel ofrecen una buena fuente para las arcas del gobierno. Los restantes productos como el azúcar o la fruta son para consumo interno, teniendo que importar una enorme cantidad de insumos desde Europa y America del Sur. La débil economía cubana pende de un hilo, no solo por la compra de productos industrializados, si no por serias falencias en cuestiones energéticas. Esa es la Cuba que choca, que colisiona en todo momento, pero también existe la Cuba hermosa, simple, comoda, ordenada y respetuosa. Calles limpias y seguras mas un tráfico llevadero hacen a La Habana un lugar simple para recorrer. Eso sumado a la mixtura de estilos coloniales, franceses y constructivista tipo sovietico en las construcciones la transforman en un lugar que no puede dejar de transitarse.
Mas alla de este conciso analisis, en la isla se sigue percibiendo cierta magia que la hace un lugar unico, siempre y cuando se vaya en plan de vivir algo de su realidad. Saber que alli se gesto una de las pocas revoluciones socialistas triunfantes en el continente suma otro punto de atraccion. La historia viva de una batalla librada hace cincuenta años por jovenes idealistas, campesinos y extranjeros que con poco marcaron a fuego la historia de un pais.
En cuanto a su geografia y las ciudades que tuve la posibilidad de recorrer no hay mas que palabras de admiracion por tan bellos paisajes. Desde La Habana a Cienfuegos se transita por la autopista que recorre la isla de oeste a este, hasta la ciudad de Santiago, en el extremo oriental. En el centro del territorio se admira el sector agricultor trabajando con la caña de azucar y la ganaderia, en una zona de selva baja. Alli donde se comenzo a gestar la revolucion con el apoyo campesino es donde se producen los alimentos que consumen los cubanos. Luego acercandome a la costa pude divisar las hermosas playas tipicas de arena blanca y fina, palmeras y mar de color turquesa.
Cienfuegos

Mi segunda parada en la costera ciudad de Cienfuegos fue un acierto. Pintoresca ciudad asentada sobre la bahia que lleva el nombre de la ciudad, con construcciones coloniales y un largo malecon que recorre gran parte de la bahia. Alli pude saborear el asfixiante calor caribeño que se hace presente durante gran parte del dia. Sin embargo el clima no me impidio caminar de un lado a otro con mi camara de fotos, observando los rostros, percibiendo el ambiente y los movimentos de los cienfuegueros.
Luego de recorrer durante algunas horas fui en busca de un baño refrescante. Caminando por el malecon llegue hasta la punta de la bahia, donde se encuentran algunos costosos hoteles y un pequeño puesto de comida con una caseta
estrategicamente ubicada para admirar el paisaje. Alli decidi aprovechar un momento de descanso y relax en pleno mar caribe.
A la vuelta decidi tomar un bus, por lo que aguarde bajo la sombra, sin antes dejar de consultar el recorrido a unos jovenes que estaban en la misma situacion. Resulto ser que estos eran estudiantes universitarios cubanos, de distintas localidades, que estaban participando en una congreso de arte, literatura y musica. Uno estudiante de psicologia, otro de medicina y el ultimo profesorado de lengua inglesa. Sin saber cual era el valor del boleto, los muchachos pagaron mi ticket, sin dejar que yo consultara. Comentaron que al finalizar el congreso habria una fiesta a la cual me invitaron a participar. Agradeci, pero al dia siguiente partia hacia Trinidad, por lo que seria imposible. Al llegar al centro, donde se encuentra el prolijo y adornado Parque Jose Marti, baje del bus no sin antes saludar a los estudiantes.
Una rica cena preparada por la mujer del Dr. Victor, que luego se presto a una corta pero interesante charla, fue excusa para descansar con el estomago lleno luego de un dia agotador. Al dia siguiente, preparando la partida hacia Trinidad, la familia me ofrecio folletos de ciudades cubanas, mapas y recomendaciones de alojamiento de familia en Trinidad y Santa Clara.
Trinidad

Saciado de hospitalidad deje Cienfuegos para dirigirme al pequeño pueblo de Trinidad, a aproximadamente una hora de viaje. Patrimonio cultural de la Humanidad, con angostas calles de adoquin y con algo de pendiente, este pintoresco pueblo vive exclusivamente del turismo. Plagado de familias que ofrecen rentar habitaciones, restaurantes y bares preparados para el foraneo. Sin embargo los precios no son accesibles para un sudamericano comun, ya que al recibir europeos y yanquis estos se acomodan a las posibilidades de ellos.
A unos 15km y sobre una estrecha peninsula se encuentra Playa Ancon. Pintoresca, comoda y sobre todo, poco concurrida. Ideal para descansar, disfrutar del calmo oceano y apreciar la hermosa vista. Luego de encontrar la sombra de una palmera decidí acomodarme para un escueto almuerzo. Una breve caminata para reconocer el terreno y un extenso baño en el calido oceano para continuar con un dia de descanso.
La sensación de bañarme en ese mar tan perfecto, fino, colorido, como una pequeña plancha de papel azul verdoso fue de tranquilidad, de alegria y regocijo. Vale la pena el esfuerzo, ganarse la posibilidad de estar en ese instante disfrutando sin pensar en nada, como si el tiempo se estancara por algunos minutos. Si hay algo que se acerca a la libertad seria aquella sensacion. Esos son los momentos en los que no existe mas nada que pedir, solo estar ahi, formando parte del paisaje.
Luego de mi dia playero, me dirigí a Trinidad a realizar un breve paseo por la ciudad. El sol caia pero el calor continuaba. El pequeño pueblo de calles empedradas mostraba un mayor movimiento con el crepúsculo. Los vecinos en las calles, los niños jugando y varios turistas revoloteando. Pequeñas casas coloniales pintadas con colores chillones le daban un color particular a la escenografía Triniteña.
La Habana

Al dia siguiente partí a La Habana nuevamente, ya que habían quedado pendientes algunos museos y zonas por recorrer. Otra vez a lo de mi amiga Martha, que me recibía con los brazos abiertos y un delicioso licuado de Mango, justo para el calor que traia del viaje desde Trinidad.
Decidi tomar un bus para llegar a la Habana vieja, centro original de la capital, plagado de antiguas construcciones francesas y españoles de principios de siglo XX. Los buses publicos son rapidos pero se viaja cual ganado que va al matadero; básicamente, nada distinto a como se viaja en cualquier capital latinoamericana. En unos instantes estaba alli, caminando por las callejuelas plagadas de turistas con camaras fotograficas. Mientras observaba, un hombre, de unos veintitantos años, moreno y petiso se me acerco. Pensando que vendria a venderme cigarros, lo que todo cubano ofrece al turista, prepare una salida diplomatica; sin embargo al enterarse que era argentino cambio su discurso. Me pidio por favor si podria enviar una carta a un hermano suyo que vive en Argentina, ya que el correo cubano no es confiable. En un principio parecia ello, pero luego ante mi respuesta positiva cambio su ofrecimiento y comenzo con su tecnica de venta. Confundido, le agradeci y segui camino.
La ciudad vieja es tal cual fue cuando se construyo, ya que no existe ningun tipo de reforma arquitectonica. Nada restaurado ni modificado, lo deteriorado quedo tal cual estaba, como un envejecimiento normal, sin cirugias. A pesar del insoportable calor y mi busqueda constante de sombra, pude recorrer gran parte de la zona, pasando por el Capitolio, la famosa Bodeguita del Medio, el Hotel Dos Mundos, entre otros lugares atractivos.
La vuelta fue por el Malecon con el sol cayendo sobre el mar Caribe y una leve brisa acariciandome suavemente, tan necesaria despues de un agobiante dia.
Ultimo dia en La Habana y otra jornada de paseos. Me dirigí hacia la Plaza de la Revolucion. Alli, circundada por una ancha avenida se encuentra la plaza, donde descansa el monumento a Jose Marti, filosofo y poeta cubano, precursor revolucionario en la Isla, fundador del Partido Revolucionario Cubano. Enfrente, cruzando una avenida se divisa la famosa figura del Che Guevara, con la conocida y tristemente usada, en remeras de estupidos jovenes, frase "hasta la victoria siempre". En algunos metros cuadrados se pueden ver las raices de la actualidad cubana y su historia revolucionaria. Dos de sus estandartes, en épocas diferentes separados por un trozo de asfalto.
Antes de irme decidi realizar una breve estadia en la famosa playa turistica de Varadero. Increible, paradisiaca pero ajena al resto del pais. El turismo la ha convertido en una playa cualquiera del caribe, en donde se encuentran mayores facilidades y comodidades para los foraneos. Asi todo, el terreno es sacado de una pintura, inimaginable belleza marina, con palmeras, arenas suaves y un sol radiante durante todo el dia.
Finalmente llego el momento de la partida despues de una intensa semana de caminos recorridos. Con ello cargue una experiencia unica e irrepetible. Son momentos en la vida en que los oidos estan abiertos, los ojos atentos y los sentidos dispuestos; son etapas en las que se debe absorber conocimientos, aprender sobre otras culturas y realidades entendiendo que cada historia conlleva una realidad. Esa que nos debe enseñar que todos somos distintos y que de todos se pueden adquirir cuestiones positivas para luego aplicar en la vida personal.
Asi me fui de la hermosa isla Cubana hacia Costa Rica, feliz y sabiendo que retornaría en algún momento de mi vida.

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